martes, 1 de junio de 2010

La espera que se hace eterna

¡Qué larga se hace la espera cuando no sabes si lo deseado va a llegar!



Te pasas horas mirando una puerta para ver si aparece; no pierdes la esperanza aunque en el fondo sabes que no va a ocurrir. No te separas del teléfono por si da alguna señal. Te preguntas una y mil veces qué estás haciendo, pero sigues mirando...

Te imaginas el instante en el que todo sucede, añoras ese momento sin que todavía haya sucedido. Y de este modo alimentas tus deseos para ese encuentro que aun no pasa.

Recorres tus minutos de puntillas, con temor a distraerte. Aquí no está y no amarra en este puerto de espera, como si de Penélope me tratase, me veo sentada en el banco de la estación...

"Penélope,
tristes a fuerza de esperar,
sus ojos, parecen brillar
si un tren silba a lo lejos.
Penélope
uno tras otro los ve pasar,
mira sus caras, les oye hablar,
para ella son muñecos".

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