Existen muchas redes sociales que tocan diversos temas a los que hoy en día nos podemos unir. Aquellos quienes no tienen una cuenta en Facebook, Tuenti o Twitter son considerados por el resto de las masas como seres raros, inadaptados cibernéticos. Quien opina así está claro que es porque, en su necesidad de aprobación social, no entienden como alguien puede permanecer ajeno al boom de intercambio de información gratuito.
Hay quien necesita expresar y contar al resto del mundo que está haciendo en cada momento, incluso si se ha puesto calcetines de rayas o lisos, ¡cómo podíamos vivir sin saberlo!. No voy a negar que he lo he vivido en primera persona y he caído en el error de contar mi estado anímico a todos mis contactos en la red. No nos damos cuenta que la información es poder, y si cuentas tus penas al mundo, siempre hay alguien que puede aprovecharse de tus debilidades.
Pertenecer a una red social no significa una exposición pública de tu vida. Debemos ser cautos y no tan exhibicionistas; ya que hay personas que sin ningún pudor comparten fotos de su vida privada y escriben mensajes que todos pueden leer. Hacen de su vida una especie de circo en los que ellos se situan en la pista central y el resto ocupa los asientos de la carpa. Es la forma más cercana que tienen a sentirse famosos. Prostituyen su intimidad por la popularidad.
¿Para que sirve tener cientos de "amigos" como contactos en las redes?, algunos son amigos de verdad, la mayoría conocidos y unos pocos totalmente desconocidos. Hay quien piensa que cuantos más "amigos" mejor, más popular, más guay es, ¡menuda bobada!. ¿Para que añades a una persona a tus contactos cuando si te la cruzas por la calle ni la saludas?.
El perfil de persona exhibicionista en las redes sociales suelen ser adolescentes, que no controlan la información que regristran en internet y no son conscientes del daño que les puede hacer. Pero no es un terreno exclusivo de jovencitos. Aquellos quienes, sin admitirlo en ningún caso, se sienten inferiores, tienen la necesidad de llamar la antención, de forma que son los que más datos de su vida privada dan, haciéndoles vulnerables a todo tipo de comentarios.
Quizás parezca cínico que hable de redes sociales y critique ciertas actitudes cuando yo tengo un blog. Una cosa no está reñida con otra. Pertenecer a una red social no es negativo, siempre que sepa utilizarse con moderación. Al igual que escribir un blog. Aquí comparto vivencias, sueños, pensamientos de una forma controlada; siempre sabiendo lo que cuento.
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