A diario surgen muchas noticias nacionales e internacionales que llenan los telediarios, las páginas de los periódicos y numerosas webs. En ésta época de revueltas en los países árabes son numerosas las informaciones que oímos o leemos, que no dejan indiferente a casi nadie, momentos importantes en la historia. Pero hoy para mi ha habido una noticia que me ha llenado de recuerdos: la muerte de Odón Alonso.
Ahora no estoy muy segura si fue en 3º ó 4º de EGB cuando realicé una prueba para entrar a formar parte de la escolanía del colegio donde estudiaba dirigida por el padre Pablo. El proceso consistía en que de forma individual te colocabas al lado de un piano del que tocaban una serie de notas y tenías que cantarlas a continuación. Pasé muchísima vergüenza, me debí de poner colorada y no se muy bien cómo conseguí que me saliese la voz; pero el resultado debió de ser bueno ya que el director me agarró por un hombro y girándome al resto de compañeros dijo "así es como se debe de hacer, muy bien". Y de estas forma entré a formar parte, durante los dos años siguientes, de la escolanía del colegio. Nada más y nada menos que de las voces más agudas (jajaja, y ahora me rio, ¿dónde estará aquella voz?)
Una vez pasados esos años el siguiente paso era formar parte del coro, para el que tuve que hacer otra prueba, mucho menos vergonzosa, pero sí curiosa. Ante un grupo reducido de aspirantes tenías que cantar Noche de Paz. A la semana salía una lista con los nombres de los alumnos aceptados y allí estaba el mio. Me incluyeron en la primera voz, las más agudas. Como me bailan un poco los años y no se si entré en 5º ó 6º de EGB, puedo decir que al menos estuve 6 años, hasta que terminé el colegio, pertenenciendo al coro.
Fueron unos años llenos de anécdotas, conciertos, concursos, misas, épocas de no cantar... Cientos de canciones aprendidas, sin saber ni una pizca de solfeo, todo a base de un buen oído musical (ese ha empeorado, pero no tanto como la voz...)
Y mi recuerdo vuela hasta 1994. Aunque todo empezó en los últimos meses del año anterior. El director del coro, Pepe Martín, durante un ensayo nos entregó a la primera voz unas partituras de unas canciones que debíamos aprender para un concierto en el que sólo participaríamos nosotras, esa primera voz, las voces más agudas del coro. Fue emocionante. Al principio ensayábamos en el colegio, muchas horas, repitiendo una y otra vez hasta estar bien preparadas. Después llegaron los ensayos colectivos, los grandes ensayos, en ocasiones nos juntamos en un instituto, pero la mayoría de veces fue en el teatro Calderón.
Fue increíble, estar en una gran sala de ensayo en el teatro más importante de Valladolid, junto al Coro de la Universidad y la Coral Vallisoletana. Fueron muchas horas, las niñas nos aburríamos bastante ya que el repertorio era muy ambplio y nosotras participábamos en un par de canciones. Mientras el resto cantaba nosotras poníamos motes a la gente de los coros, incluso al director, el gran Odón Alonso, que se quedó con Toro Sentado. Como puedes imaginar, hubo muchas anécdotas y momento únicos. No siempre me gustaban los ensayos, pero había una canción que me ponía los pelos de punta y siempre estaba deseando que la cantasen.
Llegó el gran día, el concierto. Febrero de 1994. Teatro Calderón de Valladolid. Concierto homenaje a Don Carlos Barrasa Urdiales. Interpretación de "Carmina Burana" del Coro Universitario de Valladolid, la Coral Vallisoletana, el coro del colegio Apostolado y la orquesta sinfónica de Castilla y León, bajo la dirección de Odón Alonso. ¡Qué nervios!, ¡qué espectáculo tan maravilloso!. Aseguro que ver el teatro lleno desde el escenario es emocionante, indescriptible, mil sensaciones a flor de piel. Una de las mejores experiencias de mi vida y un gran orgullo. Todas las horas de ensayos sin proyectos a la vista quedaron eclipsadas. Todo había merecido la pena.
No es el concierto del que os hablo, pero aquí podeis escuchar una de las canciones de Carmina Burana, Amor Volat Undique, en las que participé:
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